SOLEDAD Y AMARGURA A LOS 20 AÑOS DE EDAD

¡Ay, si fuese tan sencillo llenar el espíritu de rayajos de tinta negra como lo es llenar el papel de sentimientos humanos! Duelen las caricias al pasar, duelen cuando se van, duelen al no estar… Y yo, sin esperarlo, me convierto en soledad y melancolía, grito a escondidas los sobrenombres del atractivo para cautivar algún nuevo corazón. Creo, inocente y cándido, que sé de muchas cosas. ¿Qué es saber, oh sabio? Tú que sabes dime, ¿qué es saber? Pero no, no me lo digas, no sea que despierte demasiado temprano y el clarear del día ilumine cosas que no quiero ver. Solo soy un niño, un niño feo y repugnante con la gorra entre las manos y los pies ensombrecidos. He conocido el amor. He portado el amor en mi sombrero nuevo y, sonriente, me he arrugado hasta morir. La nada lo invadió todo. Ni una luz, ni un gesto. No quise volver a mirar, temía andar demasiado lento y disfrutar del paisaje pero, ¡oh, ignorante!, ¿no te das cuenta de que al caminar el mundo se mueve? ¿Qué es el mundo si no arrancamos una hoja? ¿Qué es sin escuchar una voz? Algún día lo único que no tendremos será el tacto y el sonido, y desearemos volver atrás. Los huesos de nuestros padres habrán de ser nuestras cayadas, sus manos desaparecerán, sus rostros siempre serán tatuajes en nuestra mirada pero son ahora nuestros rostros los que han de llorar. Frente al espejo se me arruga el rostro, gestos expresivos emanan de mí. Pienso, desesperado, que no hay mayor decadencia que la mía. Qué triste es que tenga mis propias manos para protegerme. Qué triste es que sean ellas ahora las que se llevan los golpes, las que recogen el polvo, las manos que miro.
Me pregunto si algún día encontraré algo más.





OJLC
 Original de Óscar Julián López Carpio
Escrito y firmado por Óscar Julián López Carpio
©Reservados todos los derechos

Comentarios

Renato Ríos ha dicho que…
Me gusta mucho tu escrito y creo que menciona varios temas en los que se puede reflexionar. Tanto el hedonismo irreflexivo, las creencias que creemos verdades y nunca los son, el trajín acelerado que se le inculca a la vida, el desprecio al pasado y el miedo al afrontamiento. Agradable lectura.
Hay detrás de este texto muchos más pensamientos y reflexiones de lo que pueda parecer, aunque por lo que veo algo vislumbras. Muchas gracias por leerlo y por trasmitirme tu experiencia, me ayuda mucho, de verdad.

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